El único indio bueno | Stephen Graham Jones

Traducción: Manuel de los Reyes | Ilustración de cubierta: Rafael Martín Coronel | Editorial: La biblioteca de Carfax

SINOPSIS

Ricky, Gabe, Lewis and Cassidy son cuatro amigos de la infancia, cuatro indios americanos que, en su madurez, viven atrapados entre una sociedad que los rechaza y las tradiciones anquilosadas de su tribu, que han intentado dejar atrás.

Durante la juventud cometieron un trágico sacrilegio contra las leyes y tradiciones de la tribu. Penetraron en las tierras de caza reservadas a los ancianos de la tribu y aniquilaron tantos ciervos como pudieron. Han pretendido olvidarlo, hasta ahora. Ahora, algo los persigue, los acosa y los masacra, uno a uno. Un slasher en toda regla.

Stephen Graham Jones recrea en esta historia de terror la venganza de la Naturaleza sobre una generación que nunca tuvo oportunidades. El valor de la tradición, de los valores que se enraízan en la historia colectiva y en las leyendas impregnan esta novela de terror contemporánea.

OPINIÓN PERSONAL

Hace diez años, Ricky, Cass, Gabe y Lewis mataron todos los ciervos que pudieron en la sección reservada para los ancianos. Ocurrió el último sábado antes de Acción de Gracias, el último día de la temporada que habían podido salir a cazar todos juntos en la reserva ancestral de su tribu. Los amigos siguieron con sus vidas, pero diez años más tarde, algo los está cazando a ellos.

Me esperaba un slasher en grupo, pero los pies negros llevan vidas separadas desde hace años. Ricky murió poco después de abandonar la reserva, y la novela se divide en dos partes bien diferenciadas: la historia de Lewis, su mujer Peta y la “buenorra del trabajo”; y la quedada de Cass y Gabe en un sudadero indio. La primera parte prometía un libro paranormal sobre unos amigos perseguidos por el fantasma de un ciervo, era un buen comienzo. El terror parece una alucinación, es un descenso a la locura de una mente acosada por los remordimientos. 

Pero la evolución de la trama es grotesca, confunde lo simbólico con lo surreal, y nada tiene sentido. Me ha costado digerir la segunda mitad de la novela, cuando ya no quedan incógnitas ni tensión narrativa, es lento y la ambientación se evapora en una espera interminable. Los secundarios no me interesan y los protagonistas no han llegado a caerme bien, aunque supongo que de eso se trata. Tiene un par de giros emotivos que realmente son un golpe de efecto, pero detrás de esos giros solo hay vacío y tedio.

Las escenas de acción y los movimientos de los personajes en el mapa no tienen ni pies ni cabeza. La presencia no organiza los acontecimientos, las cosas simplemente suceden, aunque ha hilado todos los detalles que se mencionan a lo largo del nudo. Me ha costado acabar los últimos capítulos y el cierre, por fin, es un gesto bueno.

 

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