Ilustración de cubierta: Lemwimsen | Editorial: LES
SINOPSIS
Me resulta curioso comprobar cómo se imaginaban desde el pasado que iba a ser la época actual. Hoy en día, en 2201, me cuesta entender un mundo pasado en el que pudieras tocar a los demás sin morir, en el que la socialización no fuera únicamente a través de una pantalla, un mundo sin contacto físico por culpa de una enfermedad desconocida.
En la red me conocen como LadyHot y hasta ahora me he ganado la vida ofreciendo sexo virtual. Mis días eran tranquilos y seguros… pero todo puede cambiar en un segundo, puedes imaginar cómo van a ser tus días y, acto seguido, encontrarte en mi situación: en peligro, buscando a alguien que ha cambiado mi presente de manera irremediable, porque con ella lo virtual ya no es suficiente.
Círculos de cristal es una novela que nos muestra a una egoísta sociedad futura en la que Elena Garvi ha querido sumergirse para exponer temas como la soledad, el maltrato, la pérdida de libertades e incluso el encierro por miedo al contacto con otras personas. Un sorprendente paralelismo con la realidad sufrida por la pandemia del coronavirus que no deja de ser sorprendente ya que esta historia terminó de escribirse a finales del año 2019, lo cual indica que la ficción siempre tendrá algo de realidad.
OPINIÓN PERSONAL
Año 2201. Los avances tecnológicos de la sociedad futura están destinados a que las personas socialicen únicamente a través de una pantalla. El mundo virtual empezó como ocio, pero hace años surgió una enfermedad extraña conocida como EPC: el contacto te mata en escasos días y no hay cura. La tasa de suicidios no para de crecer y el mundo vive recluido en sus casas, el contacto físico está prohibido.
La protagonista y narradora lleva dos años sin salir de su apartamento. Gana todo el dinero que necesita en Pink Rabbit, un servicio de streaming donde las mujeres se desnudan. Su trabajo es ilegal, aunque no entraña ningún peligro, hasta que un día conoce a SAM009, la persona que lo cambia todo.
No es una distopía global, apenas describe el nuevo orden, excepto una mención a los países europeos que han entrado en guerra civil o las empresas tecnológicas que gobiernan, pero no profundiza más allá de cuatro personajes. Es una historia más centrada en los sentimientos y los anhelos de una persona que no ha conocido otro mundo. El arranque de la novela es lo que menos me ha gustado, todo gira en torno a un contacto íntimo, y en ese sentido el erotismo me ha llegado a cansar.
El misterio se sostiene por la carencia de información: la persecución está narrada en primera persona y nadie “nos” explica qué está sucediendo, somos víctimas de un secretismo desquiciante. El ritmo narrativo es llevadero, pero los escenarios y la acción no me han convencido. Veo algunas incoherencias y las malas decisiones se repiten para suplir la ausencia de más personajes.
No ofrece una premisa nueva, pero tiene los giros interesantes del género y se nota el esfuerzo construyendo una trama en la que todo encaje. Destaco la calidad de una prosa cuidada y entretenida.
«Ese es el poder que tiene no hacer nada y dejar que las cosas pasen, que al final todo lo que ocurre siempre tiene una pequeña parte de culpa tuya».
