26 marzo 2020

Si los gatos desaparecieran del mundo | Genki Kawamura

Traducción: Keiko Takahashi, Jordi Fibla | Editorial: Alianza



SINOPSIS

Un joven cartero regresa a su casa después de que el médico le diagnosticara un tumor cerebral en fase avanzada. Allí se encuentra a su gato Col y a un extraño personaje, idéntico a él excepto en su actitud y en su vistosa indumentaria. Dice ser el diablo y le anuncia su muerte inminente. Pero le ofrece un trato: por cada objeto animado o inanimado que acepte que desaparezca del mundo, ganará un día de vida. Empieza por los teléfonos, sigue el cine, luego los relojes... Pero cada uno le evoca aspectos de su vida, la relación con su exnovia, con su padre cuya relación terminó mal... Cuando le llega el turno a los gatos, encuentra una carta que su madre le dejó escrita antes de morir pidiéndole que se reconciliase con su padre. ¿Y qué pasará cuando desaparezcan los gatos?


OPINIÓN PERSONAL

Un joven e introvertido cartero regresa a su casa después de que el médico le diagnosticara un tumor cerebral en fase avanzada. Siendo optimistas, le quedan seis meses de vida. Una semana, si no son optimistas. En casa, le espera su gato Col... y un extraño personaje, idéntico a él excepto en su actitud y en su vistosa indumentaria. Dice ser el diablo y le anuncia su muerte inminente. Pero le ofrece un trato: por cada objeto que desaparezca del mundo, ganará un día de vida.

A sus treinta años, el joven pacta con el diablo e intenta pensar en cosas totalmente innecesarias que nadie echará en falta. Por desgracia, es el diablo el que elige. No obstante, en un alarde de generosidad, deja que use cada objeto una última vez antes de eliminarlo. Empieza por los teléfonos, sigue el cine, luego los relojes... ¿Qué pasará cuando los gatos desaparezcan del mundo?

«Empecé a pensar que precisamente las cosas cuya existencia es indiferente para el mundo son las más importantes.»

Las consecuencias de este trato tan peculiar apenas profundizan en la repercusión que tendría la ausencia de esos objetos a nivel mundial. Si bien reflexiona sobre la naturaleza humana ampliamente, basando su discurso en objetos que parecen imprescindibles, el cartero es el único protagonista. En ese sentido, la novela analiza hasta qué punto los pequeños detalles pueden alterar nuestra existencia.

¿Cómo era su vida antes de que ese los teléfonos móviles se volvieran indispensables? ¿Cómo podría haber sido su vida si alguien los hubiera inventado primero? Los teléfonos, el cine, los relojes, los gatos... Todos los objetos que desaparecen eran más preciados para él de lo que pensaba, y cada uno le evoca aspectos de su vida. Cada vez que el diablo hace desaparecer un objeto, el joven repasa su pasado más reciente: su primer amor, una relación inexistente con su padre, la muerte de su madre... Su vida es un DRAMA, en mayúsculas.

La novela está escrita en primera persona, como si fuera una carta de despedida, la primera y última carta que ha escrito. Dice, además, que este documento hará las veces de testamento. De manera que la prosa es tan natural como íntima, una lectura bastante amena que busca calar hondo. 

El autor ha dividido la historia en siete capítulos, uno para cada día de la semana. Lo que me parece una coincidencia curiosa, ya que siete vidas tiene un gato. Por otro lado, el título de cada capítulo es un breve resumen de lo que va a suceder (o no) de forma inminente: -Lunes. Ha venido el diablo. -Martes. Si los teléfonos desaparecieran del mundo -Miércoles. Si el cine desapareciera del mundo -Jueves. Si los relojes desaparecieran del mundo -Viernes. Si los gatos desaparecieran del mundo -Sábado. Si yo desapareciera del mundo -Domingo...

El final me ha parecido correcto, pero el drama no me ha tocado la fibra sensible. Probablemente, porque las emociones del protagonista son demasiado contenidas, casi herméticas. Y su relato se interrumpe en el momento más emotivo.

Si los gatos desaparecieran del mundo es un homenaje a la vida, al amor y a la familia; una novela cotidiana pero original, protagonizada por un hombre que solo busca reconciliarse con el pasado antes de que sea demasiado tarde. No es una de las mejores novelas que he leído sobre el tema, pero igualmente merece la pena.

Por cierto, la novela cuenta con una adaptación a la gran pantalla: Sekai kara neko ga kietanara, una película dirigida por Akira Nagai.


«No sé si soy feliz o desdichado, pero sé una sola cosa. Uno puede ser feliz o desdichado simplemente creyendo que lo es.»


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