13 abril 2023

Las cartas que nos tocan | Ramon Gallart



SINOPSIS

Barcelona, años 90 del siglo pasado. Cris desaparece, sin dejar rastro, y su amigo (¿o novio…?) Hugo empieza una incansable búsqueda. Una novela sobre los encuentros posibles e imposibles, la amistad, la lealtad, ser o dejar de ser “uno mismo” y a qué precio. Y también sobre los sueños: ¿cómo se hace realidad un sueño?, ¿qué hacemos para lograrlo, o a qué estamos dispuestos a renunciar?

Y sobre todo, y por encima de todo, una historia de amor.


OPINIÓN PERSONAL

Hugo está enamorado de Cris. Lleva semanas intentando seducirla, aunque parece que ella siente lo mismo. Cuando por fin ella le promete que darán el paso, Cris desaparece sin más. Nadie la ha visto, por más que la buscan.

Pero esta no es la historia de amor imposible entre Hugo y Cris. Este es un libro de muchas historias. La viuda que rehace su vida, el marido infiel, la mujer con problemas de alcoholismo, la chica con una enfermedad que ningún médico sabe diagnosticar... Hugo solo es el hilo conductor que enlaza todas estas vidas en una trama con muchísima diversidad.

La novela nos cuenta primero cómo se conocieron Hugo y su mejor amigo Manolo. Desde que sus caminos se cruzaron en el instituto, no se han separado ni medio segundo. Estaban tan unidos que estudiaron juntos la misma carrera. Aunque Manolo encontró trabajo rápidamente y el currículum de Hugo es una sucesión de fracasos, siguen siendo buenos amigos y se ayudan en todo lo que pueden.

Cuando Manolo se casa, Hugo entra en una depresión porque ya no se ven como antes y un bebé lo cambia todo. Además, está triste porque Cris ha desaparecido y no logra dar con ella. Siendo optimistas, por lo menos ha encontrado trabajo como celador en un psiquiátrico, donde ha conocido a Sonia, una chica con problemas de alcoholismo con la que enseguida hace buenas migas, aunque no debería.

Empecemos por lo negativo. Las desventuras de su amigo Manolo, un tipo que a mí me ha provocado urticaria, es lo que menos me ha interesado de toda la novela. No me ha parecido nada creíble lo que ocurre cuando se ponen a jugar a los gánsteres como una pandilla de cabestros, el desenlace y la acción es de serie B.

Sin embargo, al margen de sus negocios turbios, Manolo es un personaje que ha dado mucho juego. Su infidelidad patológica sirve al autor para reflexionar sobre nuestra capacidad de cambio, hasta qué punto alguien puede modificar su conducta y seguir siendo la misma persona.

Mientras todos los seres queridos y conocidos de Hugo intentan poner en orden sus vidas, Hugo persigue a la mujer de su vida en una búsqueda que roza la obsesión y el acoso. Siento que a la novela le han faltado páginas en lo relativo a Cris, porque apenas la conocemos cuando se esfuma y así no estamos igual de encariñados que el protagonista. No nos duele como a él.

Por lo demás, es una novela trabajada. Todos los personajes, por secundarios que sean, tienen comportamientos coherentes y su relevancia dentro de alguna trama. Incluso aquellos que despreciamos. Te puede gustar más o menos cómo hila, pero no quedan flecos sueltos. 

Me despido con lo más importante. Su estilo narrativo se centra en las personas y da visibilidad a realidades que a día de hoy son silenciadas. Solo por eso, su lectura ya ha merecido la pena.


«La culpabilidad es la hostia, Hugo, es el sentimiento más absurdo e inútil de todos, la culpa no ayuda a nadie, pero a ti te destruye.»

«No elegimos las cartas que nos tocan, aquellas que la vida nos reparte, pero sí que podemos escoger la manera cómo las jugamos.» 


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