05 mayo 2023

La Leyenda de Sant Jordi | Amos E.T.

Ilustración de cubierta: Erich N. Bou


SINOPSIS

Todo el mundo conoce la leyenda de Sant Jordi.

Bueno, todo el mundo no; pero sí la gente de la península ibérica. Al menos una cantidad decente de gente conoce la leyenda de Sant Jordi, el valiente caballero andante que apareció convenientemente de la nada justo antes de que la princesa fuese a ser devorada por un malvado dragón.

Demasiadas casualidades juntas, por supuesto. Por ese motivo, Oriol Cazador está dispuesto a investigar todo el tema para descubrir la verdad; porque, francamente, empieza a oler un poco a chamusquina.


OPINIÓN PERSONAL

Dragón es un dragón verde, enorme, con tendencias pirómanas y políticamente incorrecto. Un dragón es más seguro que un monarca normal, pero la aldea decidió democráticamente y el dragón puso a dedo al rey Jorge Ahorarey, el único ser todavía vivo que puede hablar con el dragón. En realidad, hablar con el dragón es lo único que puede hacer. De hecho, es lo único que hace.

Dragón cuida la aldea a cambio de que ellos críen ovejas, que por algo es su comida favorita. Pero un buen día, una mole pelirroja con aspecto de vikingo llega del mundo exterior. Jordi es un mercenario, un hombre salvaje del norte, que viene dispuesto a liberar a la aldea de su yugo.

El momento de su llegada no podría ser más inoportuno. Un alguien desconocido está robando las ovejas a los Pastores del pueblo y Cazador investiga el repentino cambio de los lobos con los que siempre se han llevado bien.

Cuando empiezas a leer esta ida de olla tan maravillosa, enseguida te das cuenta de las risas que te vas a echar si tienes el humor tan roto como el mío. Hasta las notas a pie de página son divertidas y el grado de surrealismo es desternillante.

El narrador nos cuenta la leyenda de Sant Jordi... o una versión que salpimienta la historia con elementos de la época actual, y la mezcla es una gracia de argumento.


«No es que Dragón fuera, lo que se dice, bueno. Nada más lejos de la realidad. Simplemente defendía lo que era suyo, y esa aldea era suya. Si alguien tenía que destruirla, sería él.»


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