28 junio 2023

El diario | Renindart d'Bianco 1 | Dava Moreau

Diseño de cubierta: Zurtnalone


SINOPSIS

Rai está acostumbrado a huir hacia delante y es un cabrón de manual: Maleducado, y adicto como cualquier acabado que apoya sus codos en la barra de un tugurio perdido de la mano de Dios, pero para su desgracia, él trabaja para el Vaticano.

Y sí, es sacerdote.

Obviamente nadie en su sano juicio contrataría a un elemento como este, ¿pero qué tiene de difícil recoger un paquete? Entre poco y nada, salvo que se carezca de “sensatez”, o que implique un enfrentamiento directo con el “Mundo Real”, los “Poderes” y sus intereses. Quizá aún creas que este no es tu mundo, pero te equivocas. Les ha costado siglos convencerte de ello, pero quédate el tiempo suficiente y terminarás por entenderlo todo, eso si no te vuelves loco en el intento.


OPINIÓN PERSONAL

Raimundo, Rai para los "amigos", es un cerebro alcoholizado, un saco de pecados, un maleducado... en definitiva, un dechado de virtudes. Y sí, también es un cura con sueños premonitorios que ahora mismo se encuentra esposado, sentado en la parte trasera de un coche patrulla y acusado de un crimen que ¿no ha cometido?

El detonante de los últimos sucesos es la entrega de un misterioso paquete del que no sabemos nada. Se avecina una guerra entre seres sobrenaturales y ese paquete contiene un objeto decisivo que lo cambiará todo... si no en la contienda, al menos el destino de Rai.

Ángeles y demonios necesitan el mayor número de almas para ganar esta guerra, pero es una esencia que no pueden conseguir salvo que los fieles la entreguemos por voluntad propia. Los Poderes no pueden interferir con los humanos, pero sí pueden influir de forma indirecta. E indudablemente, Raimundo se encuentra en el centro de todas las indirectas y en malas compañías. (No miro a nadie, Stella Ferroso.)

No es un relato puramente lineal, es caótico y confuso, genera más preguntas que respuestas y nos mantiene intrigados hasta casi las últimas páginas. La estructura narrativa resulta cuando menos peculiar, un detalle que destaca su prosa. Todo ello sumado a un sentido del humor bastante oscuro.

Está narrado en tercera persona, pero no es un narrador del todo omnisciente. Los personajes se guardan información para sí mismos, no sabemos qué está pasando porque somos testigos desde fuera, al menos durante las primeras páginas. Cuando tienen lugar las primeras revelaciones, son tan inesperadas que chocan y cambian nuestra primera impresión de los protagonistas.

Si tengo que ponerle un pero a la historia, la realidad del comisario Rodríguez y el resto de mundanos no está a la misma altura ni me ha suscitado el mismo interés. Por el contrario, y así como resumen, la fantasía urbana de este primer volumen me ha sorprendido para bien y me ha descubierto a un autor que merece la pena.

Me pregunto qué viene a continuación...

Por cierto. La portada y contraportada de Zurtnalone, aunque no tienen fantasmas ni patos, son fantásticas.


«Las respuestas que has venido a buscar aquí distan de todo lo lógico y lo normal.»

«Nadie permanece inocente para siempre.»


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