Traducción: Jordi Vidal | Editorial: B
SINOPSIS
Tres años atrás la madre de Bear McKenna desapareció sin dejar rastro con su nuevo novio, obligando a Bear a hacerse cargo de Tyson, su hermano de seis años. Han salido adelante como han podido, pero debido a su dedicación exclusiva a Tyson, Bear apenas tiene oportunidad de disfrutar de la vida. Hasta que Otter vuelve a la ciudad.
Otter es el hermano mayor del mejor amigo de Bear y, como han hecho durante toda su vida, ambos chocan entre sí de formas que ninguno de los dos se esperaba. Sin embargo, esta vez no hay escapatoria a la intensidad de la emoción que existe entre ellos.
Bear sigue creyendo que su sitio es el de tutor de Tyson, pero no puede evitar pensar que tal vez la vida le tiene reservado algo... o alguien más.
OPINIÓN PERSONAL
La madre de Bear (en realidad se llama Derrick) huyó de él, dejándole a cargo de su hermano pequeño, el niño de ocho años más listo del mundo, y arruinándole la existencia por ello. Su mejor amigo Creed y su novia intermitente Anna, siempre se han volcado en ayudarle, aunque marcado por el abandono de su madre, él intenta no depender de los demás. Ni Bear ni su hermano Ty han vuelto a confiar en nadie.
Todo cambia cuando el hermano de su mejor amigo, Otter (en realidad se llama Oliver), regresa a casa después de tres años. Nadie sabe qué pasó entre ellos, pero Bear todavía está enfadado con Otter por lo que hizo la última vez que se vieron.
La narrativa en primera persona imita el estilo de un diario, aunque Bear es consciente del lector y nos habla. Su estilo es juvenil, con expresiones frescas y en crudo, aunque tiene una personalidad que me ha costado aguantar. En general, todos los personajes (excepto Otter) me han desesperado con su actitud.
El peso de la novela gira en torno a las dudas y los miedos de Bear, quien rechaza su sexualidad y no acepta ser (en sus propias palabras) “marica de una sola persona”. Tanto en el amor como en lo personal, Bear se pone piedras a sí mismo y lo que aguanta Otter no es de recibo. Bear ahuyenta a todos por su manera de ser y tiene un punto tóxico, posesivo y celoso. Se guarda los secretos hasta que su relación se desmorona, cuando el único conflicto dramático podría arreglarse confiando el uno en el otro.
La historia principal es preciosa, edulcorada por la mirada entrañable e inteligente de un “ecoterrorista vegetariano” de nueve años, pero las mismas dudas se repiten demasiado. Le sobran páginas.
«Ya hay suficiente gente ahí fuera que se alegraría de derribarte. No hay ninguna razón para que lo hagas tú mismo.»
«Hubo días en los que me sentía más alto de lo que había estado en mi vida, pero iban seguidos por la sensación de caer en un abismo sin fin. Sin embargo, a través de todo aquello, él se mantuvo a mi lado. Me tenía atado a él, mi norte magnético, mientras mi mente iba aquí o allá. siempre lo supe. De alguna manera siempre lo supe.»
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