06 junio 2024

El Planeta de los Simios | Pierre Boulle

Traducción: Joaquín Rodríguez | Editorial: Minotauro


SINOPSIS

En un futuro cercano, tres astronautas aterrizan en un planeta que parece idéntico a la Tierra. Aunque su exuberante naturaleza, su clima templado y la atmósfera respirable hacen de él un paraíso, pronto descubren la terrible verdad: en este mundo los humanos son bestias salvajes y los simios han desarrollado inteligencia. Ulises Mérou tratará, por todos los medios, de descubrir el secreto de tan temible civilización, sin saber si eso lo convertirá en el salvador de la raza humana o en el último testigo de su desgracia.


OPINIÓN PERSONAL

Año 2500. Ulises Mérou, el profesor Antelle y su joven discípulo Arturo Levain se embarcan en el primer vuelo intersideral con destino a la estrella Betelgeuse, a trescientos años luz de nuestro planeta. La nave cósmica se desplaza a la velocidad de la luz, menos epsilon. Su viaje dura dos años de su tiempo, mientras la Tierra envejecía tres siglos y medio. «Para usted y para mí, unos segundos, unos latidos de nuestros corazones corresponderán a varios años terrestres.»

Uno de los planetas que orbitan el astro se parece extraordinariamente a la Tierra y está habitado, aunque los primeros humanos que atisban están desprovistos de razón y carecen de reflexión consciente. No poseen el don de la palabra y los objetos fabricados provocan en ellos un temor primitivo. Nada más llegar, la expedición se queda prendada de Nova, una mujer de gran belleza, pero con “las maneras de un animal doméstico”. 

Sin lugar a dudas, lo más sorprendente del planeta Soror es el carácter humano de los simios, extrañamente civilizados. Tras ser confundido con un salvaje, Ulises intenta comunicarse para dar a conocer su espíritu.

El planeta de los simios presenta la forma literaria de un espejo donde nos vemos reflejados. Los simios se han impuesto a la naturaleza y su jerarquía clasista, que separa y enfrenta a orangutanes, chimpancés y gorilas, recuerda a épocas pasadas. O no tan pasadas, porque aún incomoda lo vigente que sigue siendo esta obra.

La mona Zira y la opinión pública serán los únicos aliados de Ulises a la hora de reclamar su humanidad perdida. Frente a ellos, una ciencia limitada que se muestra escéptica y la resistencia de los poderosos. Cada descripción de sus costumbres es un retrato de nuestra sociedad. La carnicería desalmada, los experimentos e incluso la investigación de la civilización simiesca, sacan a la luz nuestras vergüenzas.

Gran final, inolvidable.


«Antes que nada, quiero revelaros esta verdad asombrosa: no sólo soy una criatura que piensa, no sólo existe un alma en este cuerpo humano, sino que vengo de un planeta lejano, de la Tierra, de aquella Tierra donde, por una fantasía inexplicable de la Naturaleza, son los hombres los que detentan la razón y la sabiduría.»

«Obligan al simio niño a repetir todos los errores de sus antepasados. Esto explica la lentitud de nuestro progreso. Desde hace diez mil años somo siempre parecidos a nosotros mismos.»


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