03 julio 2024

El hundimiento del Titán | Morgan Robertson

Traducción: Íñigo Jáuregui | Editorial: Nórdica Libros


SINOPSIS

El Titanic se hundió hace 100 años. Publicamos ahora uno de esos curiosos libros que han atraído a muchos lectores a lo largo del siglo XX, ya que fue escrito catorce años antes del famoso naufragio y cuenta una historia prácticamente idéntica: un trasatlántico llamado titán se hunde en las aguas del océano Atlántico al chocar con un iceberg. El Titanic se parece de manera desconcertante al Titán que Robertson creó en la ficción: coinciden incluso en peso longitud y capacidad de pasajeros. También en que el Titán era un buque con exceso de lujos que llevaba una cantidad insuficiente de botes salvavidas. Algunos creen que se trata de una mera casualidad y otros que el autor escribió un libro premonitorio de lo que sucedería años después, lo que dota al texto de un claro interés histórico. Morgan Robertson fue un visionario, como Jules Verne, a quien sin duda nos recordará estilísticamente esta novela. 


OPINIÓN PERSONAL

Con una longitud de 245 metros, el Titán era el barco más grande del mundo, una ciudad flotante. En abril, dos mil pasajeros embarcaron en una travesía atlántica y el Titán avanzó a toda máquina entre la niebla siguiendo la ruta septentrional, a una velocidad media de 25 nudos por hora. El capitán y el primer oficial pretendían batir todos los récords, sin importar la destrucción de vidas y propiedades. El Titán se consideraba insumergible e indestructible, un mastodonte gigantesco construido íntegramente de acero, capaz de romper en dos a los pesqueros y barcos embestidos cada año.

Desconociendo su trágico destino, una de las protagonistas deja escapar una frase profética: «Todos habremos de padecer el mismo sufrimiento que hemos causado a los demás.» 

Novela breve que relata los hechos anteriores y posteriores al naufragio. Escrita antes del hundimiento del Titanic, sorprende las similitud del accidente, aunque aquí el hundimiento ocupa dos capítulos y el resto de su relato pone de manifiesto la codicia humana que ha provocado un asesinato en masa. En las oficinas de los altos cargos solo importa el dinero y resultan nauseabundas las trampas legales que llevan a cabo para salvar sus beneficios cuando hay víctimas de por medio.

Este libro también es la historia de un hombre venido a menos. Degradado por su conducta improcedente ante un oficial, el teniente John Rowland acaba trabajando como marinero raso en el Titán. Las primeras páginas lo pintan como un hombre violento y problemático que se dio a la bebida después de ser rechazado por una mujer. Y da la casualidad de que una de las pasajeras es la mujer que lo rechazó, ahora casada y madre de una niña.

La personalidad de Mira me ha parecido demasiado insufrible y cuesta creer que esté profundamente enamorado de una mujer tan frívola y devota que lo acusa de todos los males. La naturaleza salvaje y el recuerdo de su amada llevan a Rowland a mantener acaloradas discusiones consigo mismo, divagando sobre la existencia de un Dios misericordioso que escucha nuestras plegarias.

Se lee en un suspiro y me ha gustado la crítica social, aunque las aventuras en el hielo estropean una historia notable. En ocasiones es tan exagerado y poco creíble que tiene un punto cómico.


«¿Puede un no-creyente, llevado por la fuerza de su razonamiento, verse en tales aprietos que ya no pueda resistir por sí mismo y tenga que pedir ayuda a un poder imaginado?»

«Sea cual sea la naturaleza de las causas que escapan a nuestra comprensión, hay un hecho indiscutible: la misericordia, bondad y justicia no cumplen ninguna función en el esquema que rige el mundo.»


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