23 agosto 2024

Lumen | Celia Arias

Ilustración de cubierta: Libertad Delgado


SINOPSIS

Alexia y sus amigos no imaginan que un simple juego en el cementerio despertará a una Sombra de un panteón olvidado. Al sentirse amenazada, Alexia descubre que posee una habilidad hasta ahora desconocida y entra en contacto con los Guardianes, que tratan de aclarar el origen de su poder.

Junto a la Hermandad, tendrá que sobrevivir al ataque de criaturas fantásticas y enfrentarse a los Renegados para restablecer el Equilibrio. Descubrirá que nada es lo que parece y que todo es posible en una ciudad donde nunca había pasado nada... hasta ahora.


OPINIÓN PERSONAL

Alexia y sus amigos han entrado en el cementerio por la noche, la típica quedada adolescente, pero el juego salió mal y ahora Alexia es perseguida por entes oscuros y criaturas paranormales. Su incursión le ha abierto las puertas a una vida llena de peligros y magia, donde cada persona tiene un poder, aquí llamado Lumen.

Las primeras páginas prometen un libro de corte clásico y no destacan mucho de otras historias. Su vida anterior queda en segundo plano y los adultos desaparecen con una excusa conveniente para no entorpecer su relato. Los jóvenes se mueven de un lado para otro sin rendir cuentas a nadie y abundan las escenas de acción.

La batalla final es un poco arbitraria, con personajes que entran y salen de escena sin que nadie parezca darse cuenta en un espacio más bien reducido. Los malos son torpes y los buenos tienen golpes de suerte, he echado de menos más profundidad en la estructura y el desenlace.

Por el mismo motivo, el romance me ha sabido a poco. Las primeras conversaciones son encantadoras y prenden una chispa, pero después todo se vuelve intermitente, desaprovechado y ligeramente tóxico. Algunos momentos me han parecido forzados y la actitud de ambos es un cliché desesperante.

Por lo demás, es un libro entretenido y rápido de leer, perfecto para desconectar.

Otros libros de la autora: Aeteria


«Nuestro mayor problema no son las criaturas, sino las personas.»


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