09 agosto 2024

Última llamada: Pasajeros condenados | Ascensus 1 | Atlas Gleykin

Ilustración de cubierta: RJV Ilustración


SINOPSIS

«El brillo azul de la cuna de la humanidad bañó a quienes atesoraron una última esperanza. Algunos deseaban prosperar como especie y alcanzar la siguiente fase de la evolución. Otros se conformaban con caminar bajo la luz de un nuevo sol sabiéndose libres».

Año 5897. La Tierra es un lugar hostil, consumido por una sociedad decrépita que ha normalizado la esclavitud. Y tiene los días contados. Lestya, una consagrada estafadora, elabora un plan para huir junto a la banda de criminales a la que pertenece: Algeiba. Pero ellos no son los únicos que quieren escapar. Lestya hará lo que sea por salir de esa prisión, aunque lo que encuentre más allá de ella no tenga nada que ver con lo que ha imaginado. Pero ¿y si el mundo no se acabara? ¿Habría merecido la pena dejarlo todo atrás por una mentira?


OPINIÓN PERSONAL

Madrid, año 5897. La Tierra es un planeta moribundo y contaminado, liderado por el postcapitalismo. Los ceoítas, dueños de empresas poderosas, sustentan el poder y la sociedad se ha deshumanizado tanto que han normalizado la esclavitud. El amor ha dejado de existir sin motivo, dejando un mundo sexualizado y decadente. En los bajos suburbios, los mafiosos abundan tanto como los neones o las drogas.

Durante un encargo, la Banda Algeiba, criminales que se consideran lo peor de la sociedad, descubre que se avecina una catástrofe galáctica, «el mundo se convertirá en un cementerio», y organizan un plan desesperado para viajar de polizones en una nave colonizadora.

La presentación de los personajes tiene altibajos y la ciencia ficción es de andar por casa, le encuentro incoherencias a la historia y a los escenarios. Cuatro gamberros de barrio, aunque muy bien preparados, consiguen burlar la seguridad de grandes corporaciones y, dado los avances tecnológicos, se ha echado de menos la presencia de la IA controlando el mundo digital.

Estamos en el año 5897, pero algunos elementos de la sociedad actual todavía son reconocibles. La ambientación distópica y apocalíptica es superficial, un decorado sobre el que se mueven los protagonistas, e incluye elementos clásicos, a veces de pasada. El grupo también es clásico y algo juvenil: una hacker, un japonés religioso, una pareja de enamorados y el chico malo. 

El primer libro de la serie es una presentación larga de un mundo inmenso que ha despertado mi curiosidad hacia lo que viene después. Le ha faltado profundidad y el final anula gran parte de la trama, pero el desenlace ofrece puntos interesantes que me han llamado la atención, con algunos momentos de tensión, me ha entretenido y agradado durante unas horas.

Aún puede madurar su narrativa, pero es una primera obra prometedora.


«Todo lo que habían aprendido se resumía en que los villanos nunca vencían. Pocos comprendían que no existían ni buenos ni malos en la historia del sistema solar. Solo afortunados que podrían comprar el privilegio de la victoria y el derecho a la vida.»


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