Ilustración de cubierta: Fran Ferriz | Editorial: B de Blok
SINOPSIS
Imagina que tus padres te envían a pasar las vacaciones con tus estrafalarios abuelos en una casa perdida en un lugar llamado Punta Escondida, lejos de tus amigos y de la Play. No parece el mejor plan, ¿verdad?
Imagina ahora que tu abuela cocina tartas mágicas capaces de hacerte volar por los aires, que tu abuelo tiene un laboratorio lleno de inventos alucinantes y que en el desván vive un tipo verde y enorme llamado Rex que, a pesar de sus terroríficas fauces y su larga cola, es de lo más encantador. Eso ya suena bastante mejor, ¿no?
Y si además conoces a una niña un poco rarita pero muy simpática, y vivís juntos la mayor aventura que jamás hubieras imaginado, entonces puede que estas sean las mejores vacaciones de tu vida...
OPINIÓN PERSONAL
Max es un niño de once años que va a pasar el verano en la casa de los abuelos (a los que no ve desde hace años y con los que siempre han tenido una mala relación) porque sus padres se han ido de crucero (los padres del año, vamos). Los abuelos viven en un pueblo de la playa, rodeado de verdes bosques. Max está enfadado porque en el pueblo no hay cobertura, echa de menos el móvil y los videojuegos y, además, no verá a sus amigos en todas las vacaciones. Sin tecnología ni internet, cree que será un verano aburrido (nada más lejos de la realidad).
Después de todo, sus abuelos son dos viejos excéntricos. Godofredo es un científico loco que tiene un laboratorio lleno de inventos alucinantes y la abuela Agatha es una alquimista que confunde los ingredientes de la cocina con los de su laboratorio. Así que, además de aburrido, va a ser un verano peligroso.
Nada más llegar a Punta Escondida, Max conoce a una niña un poco rarita pero muy simpática. Pía es una chica de su edad que no sabe qué son los videojuegos ni los móviles. Son de mundos opuestos, pero ella es tan risueña y bonachona que enseguida se hacen amigos. Además, Pía admira muchísimo a los abuelos de Max.
Me ha gustado bastante el papel que interpreta Pía, ya que es una superheroína en miniatura que siempre va un paso por delante y es ella quien tiene que rescatar a Max en más de una ocasión. Aunque habría preferido que fuera la principal protagonista, junto con la abuela de Max, en vez de trabajar codo con codo, pero donde nadie las ve. Por otro lado, se agradece un montón que los autores NO hayan metido (de momento) ninguna pincelada de amor romántico, más allá de una bonita amistad
En la casa de los abuelos, también vive Rex, un saurio encantador, miope y vegetariano, que me ha parecido tan gracioso como melodramático, ya que se estresa con muy poquita cosa. Puesto que la novela se inclina más hacia la ciencia ficción que a la fantasía, Rex puede comunicarse con su nueva familia gracias a un traductor universal (un artilugio que por momentos me recuerda al Chip Transcerebral de Alex Colt).
En general, todos los personajes han tenido el mismo peso en la historia y los protagonistas me han caído bien a partes iguales. Por otro lado, es una novela bastante simpática y muy entretenida. No dejan de pasar cosas a un ritmo más que aceptable. De manera que, en tan poquitas páginas, les da tiempo a hacer un viaje interdimensional, visitar el planeta UR y luchar contra terribles piratas, entre otras muchas aventuras.
En cuanto a la prosa, es una lectura muy didáctica, los autores introducen conceptos que pueden resultar un verdadero galimatías para muchos niños de esa edad, pero acto seguido, definen perfectamente cada nueva palabra con una explicación clara y concisa. De modo que pueden aprenden cosas nuevas sin renunciar a la diversión de un buen libro.
Por el contrario, me he tropezado con un puñado bastante considerable de erratas a lo largo y ancho de todo el relato, especialmente de acentos fuera de lugar.
Por último, y en comparación a trabajos anteriores, podría decirse de manera literal, que las ilustraciones no tienen color. Un detalle que me ha sorprendido, porque pensaba que era más fácil reclamar la atención de los niños con dibujos coloridos y cubierto de detalles por descubrir. Pero curiosamente han optado por algo más sencillo.
Sin embargo, basándome en mi propia experiencia, yo veo una clara ventaja en este estilo de ilustración tan minimalista. Cuando era pequeña, tuve un libro muy parecido y me encantaba "destrozar" las páginas pintando las ilustraciones.
En conclusión. Un libro introductorio bastante entretenido que promete muchas más aventuras, pero a los personajes les falta esa "magia" de los héroes infantiles que nunca caen en el olvido. Las comparaciones son odiosas, pero Alex Colt se encuentra a años luz de Punta Escondida. Las aventuras de Max resultan menos adictivas.
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