El camino de las sombras | El Ángel de la Noche 1 | Brent Weeks

Traducción: Gabriel Dols Gallardo | Editorial: Plaza&Janés


SINOPSIS

La muerte es un arte, y Durzo Blint lo ejecuta a la perfección, sea en una callejuela oscura o en las grandes estancias de palacio. Incluso el poderoso Sa'kagé, la organización criminal que mueve los hilos y los intereses en la ciudad de Cenaria, lo respeta.

La vida carece de valor si se ha nacido en las calles, y para Azoth la única manera de escapar a la miseria y el miedo que siempre lo han acompañado es ser temido antes que temer, matar antes de que lo maten. Si quiere sobrevivir, debe convencer a Blint de que lo acepte como aprendiz.

Pero aprender a asesinar con el mejor exige más que un duro adiestramiento. Hay que cambiar de identidad. Hay que olvidar el pasado y aquello en lo que se creía. Hay que aprender a moverse como las sombras en un mundo de intrigas donde nobles, plebeyos y criminales son meras piezas en una partida que acaba de empezar.

«Levántate, chaval. Es hora de matar.»


OPINIÓN PERSONAL

Pensaba que no estaba hecha para la literatura fantástica hasta conocer la fantasía épica de Brent Weeks. Por lo general, me cuesta bastante digerir las novelas con un argumento tan sólido, porque tengo muy mala memoria para tantísimos nombres y mi cabeza entra en ebullición con las complicadas tramas que se desarrollan delante de mis propias narices sin que yo me entere de nada. A las pocas páginas, suelo rendirme. Sin embargo, he terminado de leer esta sorprendente trilogía con muchísimo entusiasmo.

Los tres volúmenes contienen una buena dosis de acción, de modo que no te da tiempo a aburrirte con las intrigas políticas. Muchos lectores coinciden en describir las escenas de acción como escenas de un videojuego y yo lo secundo, pero es un detalle que me encanta. Durante el primer libro, el contexto bélico no llegó a captar del todo mi interés, pero a partir del segundo volumen, las conspiraciones, traiciones y alianzas que se desarrollan me mantuvieron totalmente en vilo. La prosa de Brent Weeks me ha transmitido tantísimas emociones, y todas tan intensas, que me ha mantenido pegada al asiento.

Además, sabe cómo divertir al lector gracias a unos chistes con los que él mismo se ríe mientras escribe. «Yes, I do laugh at my own jokes. Then of course, I often scowl, change the word order to see if it makes it funnier, scowl again, and try three more times. I also occasionally cackle when I've pulled something particularly cruel and/or clever. This is why I can't write in coffee shops». (Leído en GoodReads). Algunos chistes son realmente estúpidos, y solo por eso me han provocado la risa. Otros, en cambio, son de lo más ingeniosos y te dan ganas de aplaudirle por su ocurrencia. Su imaginación también es admirable a la hora de sorprendernos con un giro imprevisto de los acontecimientos.

Por otro lado, me fascina cómo profundiza en la psicología de todos los personajes, tanto buenos como malvados e indecisos. Lo mejor de todo, para alivio mío, es que resulta muy fácil quedarse con sus nombres y no perderse con tanta historia secundaria, porque los protagonistas van apareciendo poco a poco y es relativamente sencillo identificar la posición de cada uno mediante el contexto. En mi caso, me he encariñado con la mayoría de los personajes porque todos tienen una historia demasiado emotiva que contar. Incluso aquellos que me parecían poco relevantes en un principio. La historia se va desarrollando, con mucha calma, hacia un desenlace que me ha dejado pasmada durante varios segundos.

Por supuesto, Kylar es uno de los personajes más carismáticos que se han escrito... después de Durzo Blint, claro. Desde las primeras páginas, cuando Kylar todavía era un niño asustado, me ha enamorado su relación. Bueno, en realidad, me encanta la historia personal de Kylar de principio a fin. Y con él, todos los personajes que van forjando su identidad, para bien o para mal: Mama K, Logan, Jarl, Elena, Uly, Vi... Absolutamente todos, sin excepción. Por último, me mantengo en lo dicho: Brent Weeks sabe hacernos reír. Pero ¡mucho cuidado! Porque también sabe hacernos sufrir y llorar a moco tendido.


«—¿Creéis que un hombre puede cambiar?
—Solo para parecerse más a sí mismo».


Otros libros de Brent Weeks