12 marzo 2023

Las lunas de Thera | Carlos Martínez Conde

Diseño cubierta: Imagina Designs


SINOPSIS

Desde que supo que Thera, un exoplaneta situado a veintiocho años luz, era apto para la vida, Peter Spark se volcó en convertirlo en un nuevo hogar para la humanidad. Su anhelo se cumple cuando pisa suelo therano por primera vez, momento en que comienzan los problemas. Las desavenencias que mantiene con la inflexible comandante Nadia Mirsky pueden poner en peligro la operación de instalarse en el Ágora y la recuperación de los pasajeros que reposan en las cápsulas criogénicas de la Renaissance.

Entre todos deberán superar las dificultades que les impone la naturaleza indómita del planeta y los problemas derivados del aislamiento, el desarraigo y la incertidumbre. Su misión: establecer el primer asentamiento en otro sistema estelar y crear los pilares y estructuras de una nueva civilización.

Una visión inédita de la colonización del universo, que contrapone a los protagonistas con los motivos que los empujaron a olvidar sus vidas anteriores y con los dilemas que les plantea alterar la evolución de un planeta que ya ha desarrollado sus propias formas de vida.


OPINIÓN PERSONAL

Las lunas de Thera no se sustenta en la ciencia ficción más dura, ni hace especial hincapié en el uso de la inteligencia artificial. La historia se inclina hacia el lado más humano de una civilización incipiente, aunque la tecnología desempeña un papel protagónico. Los robots han explorado el planeta para recopilar toda la información pertinente y han construido el Ágora, las instalaciones que ocuparán los primeros theranos. La nave en la que han viajado años luz está gobernada por Michelangelo, un cerebro cuántico programado para supervisar y garantizar su adaptación. 

Nada más poner un pie en el nuevo mundo, nos encontramos con una naturaleza desierta e indómita: el clima es adverso, los días duran treinta y siete horas, el mar es tóxico... Cuando los ciudadanos criogenizados despiertan, se enfrentan a los desafíos de un planeta que parece rechazarlos. El autor describe Thera de manera exhaustiva, empezando por las instalaciones y siguiendo por la superficie del mundo exterior. Nos explica en palabras que todos entendemos cómo preparan la tierra para que sea fértil y los pormenores que atraviesa una población creciente.

Hay muchísimos personajes y no empatizo con todos, pero están bien construidos y la variedad hace que el ritmo narrativo sea más fluido. La jerarquía social queda bien definida a través de las relaciones personales, sobre todo cuando tienen que solventar los primeros conflictos. De una forma u otra, todas las tramas secundarias parecen orbitar en torno a Peter, aunque sus desavenencias con la comandante lo han convertido en una pieza desencajada que se mantiene al margen y deambula entre la gente.

La novela está narrada a dos tiempos, intercalando el presente con el pasado de Peter y los eventos que lo han traído hasta Thera. Pero no desarrolla la biografía del protagonista porque sí, su trayectoria personal es el contexto que nos permite conocer cómo era la sociedad en la Tierra. En este punto, se aprecia un toque de crítica social que no puede faltar en este tipo de novela. Se presenta a la humanidad de manera objetiva y realista, destacando las diferencias sociales de una época futura que recuerda demasiado al presente. Todo ello aderezado con un pequeño guiño ecologista que no pasa desapercibido.

A mi entender es una novela sencilla pero completa, no es una trama con grandes pretensiones que roce el ensayo científico... y menos mal, porque es una lectura muy entretenida y he quedado contenta. ¿Te unes a la expedición?


«Creemos que las cosas giran a nuestro alrededor, que lo sabemos todo, que lo somos todo. Pero lo cierto es que no sabemos nada, que no somos más que una insignificante mota de polvo que vaga por el universo.»


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