Diseño de cubierta: Sarah Satom
SINOPSIS
Helena, hija del famoso empresario Ernesto Madariaga, ha sido asesinada.
Una macrodiscoteca abarrotada y llena de cámaras de seguridad parece convertirlo en un caso sencillo, pero Roma Heredia y Germán Peralta, los inspectores a cargo, se ven envueltos en la red de mentiras y secretos de los amigos que acompañaban a la víctima. ¿Dónde estaban cuando asesinaron a Helena?, ¿por qué alguien la querría muerta?, ¿cómo es posible que nadie viese nada?
Los testigos no son fiables y alguien neutralizó a los vigilantes de seguridad para eliminar las grabaciones. No hay pistas, solo unos sospechosos y un asesino invisible que no sabe que Roma no va a rendirse porque, para ella, cada caso es algo personal.
OPINIÓN PERSONAL
Helena Madariaga, única heredera de un exitoso empresario, ha sido asesinada en el parking privado de una discoteca atestada de gente. Nadie ha visto nada, ni siquiera los cuatro amigos que la acompañaban esa noche; el asesino agredió a los vigilantes y apagó las cámaras de seguridad.
Cuando los inspectores Roma Heredia y José Molina comienzan a investigar el caso, lo primero que descubren es que todos los sospechosos mienten. Los amigos, la pareja e incluso sus seres queridos, a nadie le interesa que la verdad salga a la luz, aunque ¿están ocultando todos el mismo secreto?
La ocasión perfecta es una investigación centrada en las conversaciones con los amigos y familiares de la víctima. Cuando un testimonio desmiente al anterior, los inspectores vuelven a interrogar al último sospechoso y así van hilando los cabos sueltos. En contadas ocasiones, acuden a comisaria para recibir información de última hora, como los resultados forenses, el curriculum de un nuevo sospechoso o las últimas publicaciones en redes sociales.
Las pistas nos permiten sacar nuestras propias conclusiones, adelantarnos a la policía y resolver el caso al mismo tiempo. Los personajes han ido dejando pruebas incriminatorias, como si fueran miguitas de pan que en ningún momento dejan de alimentar nuestras suposiciones. Realmente no sabes quién puede ser el asesino, pero es un caso bien planteado que da pie a muchísimas teorías.
Si bien es cierto que algunas evidencias saltan a la vista y la policía debería cotejar esa información el primer día. Quizá alarga demasiado un caso que podría haberse resuelto en menos páginas, pero no se hace menos entretenido por ello y el ritmo narrativo no decae.
Los inspectores en cambio no me entusiasman. Roma es infantil e impulsiva, me cuesta creer que haya llegado a inspectora con tan poco tacto, siempre es movida por la intuición y los argumentos que concluye no se sostienen. Como no podía ser de otra manera, su vocación viene dada por un pasado traumático. El tándem que forma con el inspector Molina funciona, pero me transmiten poca seriedad.
Ambos repiten las mismas reacciones emocionales: tirarse pullas cada dos minutos, hablar con sorna a los sospechosos, codazos en pleno interrogatorio, golpes en la mesa, broncas, gritos... Personalmente no es lo que busco en una novela policiaca.
«Quien destaque en este mundo va a tener enemigos. La envidia es el pecado capital que enturbia el mundo.»
«La confianza tiene hilos muy finos, que se rompen con facilidad.»
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