12 agosto 2023

Nueve punto cinco | Aldonza González

 Diseño de cubierta: Izaak Olán


SINOPSIS

¿Qué pasaría si un día, al despertar, no fueras más la persona que recuerdas ser? Si te contaran que ahora eres alguien distinto, alguien mejor ¿lo aceptarías? Estas y otras preguntas son a las que se enfrenta “Nueve punto cinco”, un clon con la memoria incompleta a causa de un fallo en el sistema de carga.

Gaia despierta de lo que ella considera un sueño para enfrentarse con sus creadores, los laboratorios Edelweiss Genetics. Le informan de un error que la ha dejado sin memoria y le dan a elegir: terminar con su existencia trunca inmediatamente o esperar un año a que produzcan su reemplazo.

Una novela ambientada en un futuro muy cercano que reflexiona sobre temas como el destino y el miedo a la muerte, así como la relación entre memoria e identidad.


OPINIÓN PERSONAL

Sara Santos tiene 34 años cuando despierta en los laboratorios Edelweiss Genetics, pero no recuerda nada después de los 27. Sara es un clon fallido, la décima iteración de sí misma, clasificada como su versión número nueve punto cinco por un error en el proceso de carga de su memoria.

Un clon sustituye a una persona fallecida que ha dado su consentimiento para ser duplicada, no existe una vía legal para desactivar un clon fallido. Sin embargo, en once meses estará listo su próximo clon, y nueve punto cinco será desactivada tan pronto como su nueva yo despierte porque la ley prohíbe la coexistencia de clones.

Cuando abandona el laboratorio para hacer una vida de seis meses, desconoce el mundo que habita. Sara es la iteración de una persona que nació hace casi cien años, pero no recuerda los últimos años de su vida ni ha recibido los recuerdos de los otros clones: tiene una laguna mental de más de cincuenta años.

Tras poner un pie en el nuevo orden mundial, encuentra un futuro más sostenible, donde consumir y contaminar está muy mal visto. La humanidad ha sobrevivido a la guerra de los virus, se habla de nuevas epidemias, y hace tiempo que superó la crisis del cambio climático.

«Ahora ser normal, o por lo menos parecerlo, se está convirtiendo en un objetivo que va más allá del estatus social; es una necesidad básica para sobrevivir.»

Pero el nuevo orden mundial no es más que el escenario de su nueva vida. El clon se hace llamar Gaia sabiendo que su vida es suya, la siguiente Sara no recordará nada de estos meses y no quedará constancia de su existencia en ninguna parte. «“Nunca, nadie, nada”. Suena como un bonito epitafio para mi tumba.»

Valiéndose de una historia de clones, la autora explora la relación entre memoria e identidad. Gaia trata de hacer suyo el tiempo que le han dado, saliendo con amigas y manteniendo una situación sentimental que no lleva a ninguna parte. Se supone que debe vivir una breve existencia contemplativa y cumplir las expectativas, pero ¿Gaia es los recuerdos de Sara o es algo más?

La novela es lineal en el tiempo, aunque se permite breves saltos temporales para entrever lo que está por venir. En un futuro inmediato, Sara se muestra como una personalidad fuerte que decide su propio camino, aunque no sabemos con exactitud qué ocurre a su alrededor, algo que añade intriga a una trama ya de por sí sólida.

El final me provoca sentimientos encontrados: el punto tóxico me incomoda, pero la novela es un reguero de indicios que señalaban en esa dirección. Los personajes están bien construidos y no defiende esa postura, simplemente la retrata.

Por encima de la historia, recomiendo sobre todo las preguntas que plantea. Si bien no profundiza demasiado, me ha parecido un argumento interesante que propone temas de debate. No solo habla de memoria e identidad, también de ser diferentes y tomar nuestras propias decisiones sin obedecer las expectativas de los demás. 


«Lo que siento es mucha vergüenza de ser quien soy, de no ser lo que los demás quieren que yo sea.»

«Yo soñaba con ser una princesa, no un maldito defecto de fábrica.»


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