Traducción: Maite Fernández Estañán | Ilustraciones: Eva Vázquez | Editorial: Nórdica libros
SINOPSIS
Con descripciones deliberadamente vagas y vívidas, el narrador describe un festival de mediados de verano en la ciudad utópica de Omelas, cuya prosperidad depende de la miseria perpetua de un chico. Quienes se marchan de Omelas fue nominado al Premio Locus al mejor relato corto en 1974 y ganó el Premio Hugo al mejor relato corto en el mismo año.
OPINIÓN PERSONAL
Omelas es una ciudad de cuento en un tiempo y lugar remotos. Los habitantes de este lugar beatífico son gente feliz; adultos maduros, inteligentes y apasionados cuyas vidas no son desgraciadas. Aquí todo el mundo está libre de culpa y celebra la vida, pero ¿cuál es el precio de una felicidad tan utópica?
El festival del verano acaba de empezar en la ciudad de las torres relucientes junto al mar. Mientras la música culebrea por las calles y la exuberancia es motivo de júbilo, nosotros redescubrimos el horror inhumano que permanece escondido en una habitación sin ventanas, tras una puerta cerrada con un candado.
“Redescubrimos” porque todos los que vivimos en Omelas sabemos que está allí, conocemos de sobra su existencia, lo hemos visto y, desde entonces, miramos para otro lado. Las primeras páginas prometen una feliz utopía, pero es una distopía que sacude nuestras conciencias dormidas y nos obliga a mirar.
Las personas anónimas que contemplan el abandono y la miseria humana sienten rabia, indignación e impotencia. Pero los que no se marchan buscan justificación y excusan el único pilar que puede sostener una comunidad idílica: el sufrimiento de uno por el bien de todos.
El momento revelación es breve, no se necesitan más palabras para retratar una realidad durísima que obviamos cada día para seguir viviendo en nuestra burbuja de felicidad. El trasfondo impacta porque resulta imposible no mirarnos por dentro, en esa habitación cerrada que huele a injusticia social.
Solo me queda alabar las ilustraciones de Eva Vázquez: una belleza.
«Todos saben que está allí, todos los que viven en Omelas.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario