08 febrero 2024

Café y tarta | Mario Sanca

Ilustración de cubierta: Sito Recuero


SINOPSIS

Hace tres años, Elena —alegre y divertida— dejó su sueño de ser diseñadora de moda para ser camarera y un poco más gris. Jaime, corrector editorial, serio y muy tímido, lleva tres años estancado en su vida y sus relaciones, y tiene un vínculo compulsivo con los dulces. Los dos se encuentran a diario en la cafetería en la que trabaja Elena y en la que transcurre toda la historia. A modo de cuaderno de bitácora, descubrimos poco a poco qué une a los dos protagonistas, y a los personajes secundarios que los acompañarán durante todo un año: Susana, una escritora que espolvorea todo con dosis de dramatismo; Paco, uno de los trabajadores de una papelería cercana que, tras romper la capa superior, deja a la vista a una drag llamada Paco Mertelo; o Pablo, que no sabe que el gran problema de su vida es él mismo. Todo esto endulzado con un tipo de tarta diferente en cada escena.


OPINIÓN PERSONAL

Jaime y Elena se encuentran todos los días en la cafetería en la que trabaja Elena. Jaime es corrector editorial y Elena dejó la carrera de diseño hace tres años. Los dos tienen heridas abiertas, pero nunca hablan de ello. Pasan los meses y todo lo que sabemos de esta pareja de amigos, sucede en la cafetería. Los recuerdos y motivos por los que Elena dejó el diseño, la primera vez que se vieron y las triquiñuelas de Elena para emparejar a Jaime, quien está convencido de que las conexiones no hay que buscarlas, sino permitir que se encuentren.

Las primeras páginas se hacen lentas, son conversaciones de bar poniéndose al día de los trabajos y no sabemos mucho de sus vidas personales. Pero, a medida que pasan las estaciones, ellos también pasan página. Esta es la historia de dos personas que avanzan y superan el pasado como buenamente pueden. Sentía curiosidad por el vínculo que los mantiene unidos, aunque me di cuenta en los pequeños detalles, y deseaba saber si las cosas acaban bien.

El ritmo narrativo salta de una semana a otra, contando lo más importante de sus vidas, mientras toman café y tartas deliciosas que ojalá tuvieran su propio libro de recetas. Las descripciones de todo, incluso de las personas, siempre son azucaradas. Utiliza expresiones con gusto como “el color de las galletas tostadas” o tono dulce y cálido, similar a la espuma caliente”.

La vida no se detiene para nadie y la cafetería tampoco. Poco a poco despliega un abanico de personajes secundarios que también atraviesan un proceso de cambio y superación. Es una historia moderna, protagonizada por un grupo de amigos con un sentido del humor muy personal. Una lectura agradable y cálida, literatura feelgood para leer bajo el cobijo de una manta.

Reconozco que no siempre empatizo, no comparto su manera de inmiscuirse en la vida de los demás y me ha chocado el mensaje que transmiten las últimas páginas, al margen de que narrativamente me parece un libro bien escrito y coherente. Tiene un punto de drama que te encoge el corazón, pero siempre intentando dejarnos con una sonrisa que despierte una actitud optimista en el lector.

¿Los problemas nos ayudan a seguir adelante con más fuerza e intensidad?


«La vida está llena de momentos duros, amargos como el café, que quiebran el alma como la corteza de un bizcocho y nos dejan expuestos. Pero también dulces, en los que nuestro corazón burbujea como la nata adherida a nuestros labios. Pero ambos son inseparables. Porque no sabríamos apreciar un buen dulce si no recordáramos el sabor de lo amargo.»


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