22 junio 2024

El fantasma de la Ópera | Gaston Leroux

Traducción: Mario León R.R. | Ilustraciones: David Chapoulet | Editorial: Alma


SINOPSIS

La aparición de esta obra en 1910 revolucionó el género de novela de misterio y nos regaló uno de los arquetipos más fascinantes de la literatura del siglo XX: el del genio horriblemente desfigurado que anida bajo la superficie de la gran ciudad, sucumbe al amor apasionado y maquina una terrible venganza. Mezcla de romanticismo y novela gótica, esta intensa historia de desamor y música ha dado origen a multitud de adaptaciones, desde el musical de Broadway hasta el cine alternativo estadounidense. Erik y su máscara se han convertido por derecho propio en iconos de la cultura popular, y nos proporcionan una lectura inolvidable.


OPINIÓN PERSONAL

«El fantasma de la Ópera existió. Sí que existió en carne y hueso, a pesar de que adoptara toda la apariencia de un verdadero fantasma, es decir, de una sombra.»

Desde hace algunos meses, en la Ópera no se habla de otro tema que del fantasma de frac negro que se pasea como una sombra por el edificio. Una misteriosa figura cadavérica con poderes sobrenaturales que se desvanece nada más ser visto y que ha establecido aquí su imperio. 

El fantasma tiene un palco reservado desde hace más de un mes, pero los nuevos directores de la Ópera creen que esta puesta en escena se trata de una broma de mal gusto e ignoran sus demandas... hasta que suceden infortunios. Desde su aparición, se han producido incidentes extraños y muertes inexplicables.

Su última demanda es el futuro de Christine Daaé, una artista debutante que actúa como si no fuera dueña de su destino. La novela sigue el misterioso destino de la joven y su relación amorosa con Raoul, el vizconde de Chagny, a quien conoció de pequeña. Después de tantos años, los enamorados expresan sus sentimientos, pero siempre bajo la mirada acechante de un fantasma celoso.

Christine Daaé es una muchacha bondadosa y volátil, si bien aborrece al fantasma, también lo compadece. Se muestra profundamente aterrorizada, pero no duda en esconder secretos y proteger a su benefactor, adoptando el papel de un personaje desesperante. El autoproclamado dueño de la Ópera es un monstruo capaz de las peores fechorías, pero inspira una piedad insana en las pocas personas que conocen su verdadero rostro. No me hacen cómplice en ningún momento.

¿Dónde termina lo real y dónde empieza lo fantástico? La imagen del fantasma como una entidad sobrenatural es magnífica y la ambientación, notable. Pero los últimos capítulos, donde el velo del misterio por fin se rompe, tienen un ritmo lento y su lado más humano, no atrapa nuestros sentidos con la misma intensidad.

El estilo de la prosa consiste en documentar un caso sin resolver, narrado por el hombre que investiga la desaparición de Christine Daaé. Aunque es un narrador omnisciente que relata memorias y testimonios de personajes con los que nunca ha mediado palabra. Me esperaba una prosa más recargada, pero es sencilla.

¿Debemos compadecer o maldecir al fantasma? La conclusión de la obra, publicada en 1910, es una cuestión moral que, a día de hoy, permanece en el aire.


«Se encontraba ante un gran misterio... el que hace estremecer a la humanidad desde su nacimiento: lo desconocido.»

«Hay momentos en los que la inocencia excesiva parece tan monstruosa que se vuelve odiosa.»


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