Ilustraciones: Lucas Climent Baró | Editorial: Seix Barral
SINOPSIS
El narrador de Mi verdadera historia es un adolescente de doce años como otro cualquiera, con sus miedos, inseguridades y deseos de nuevas experiencias. Un día, volviendo del colegio, arroja una canica desde un puente y ocasiona un accidente de tráfico que acaba con la vida de toda una familia. Sólo se salva Irene, una chica de su edad, que queda tullida. A partir de ese momento, la culpa va cobrando forma en su mente y el protagonista halla en este hecho delictivo (convertido en su gran secreto) y en su obsesión y su amor por Irene la única salida a un entorno familiar que se desmorona mientras sus padres se divorcian.
Con su peculiar estilo y humor personalísimo, Juan José Millás nos presenta en esta novela un retrato de los años de adolescencia, una época de tránsito hacia la edad adulta. Entre la osadía y la fragilidad, el protagonista cuenta todo aquello que no se ha atrevido a confesar hasta ahora.
OPINIÓN PERSONAL
«Sentid en vuestro corazón cómo se detiene el mío. Notad mi dolor en vuestro pecho. Padeced como si os perteneciera mi asfixia. Comprobad cómo se os nubla la vista por la falta de oxígeno. Olvidaos de suicidaros porque ya estáis muertos y huid de la escena del crimen sofocándoos porque no respiráis y asfixiándoos porque respiráis demasiado».
Juan José Millás se mete en la piel de un adolescente, pero no de cualquier adolescente. El protagonista de esta novela ha crecido en un ambiente familiar deleznable. De hecho, el autor dramatiza tanto como puede durante la construcción de una psicología compleja, retorcida y oscura. En definitiva, me ha parecido un protagonista formidable y creíble, el clásico adolescente deprimido por culpa de unos padres que ni siquiera dan muestras de querer a su propio hijo. Lo que provoca que el chaval esté obsesionado con la aprobación de su padre.
De este modo, nos encontramos con un protagonista al borde del suicidio que, por ironías del destino, lo que provoca es un accidente de tráfico en el que muere prácticamente toda una familia. Irene, una chica de su edad, es la única que sobrevive al accidente, aunque queda tullida de por vida. A partir de ese momento, la culpa le persigue durante años e incluso empieza a tener fantasías morbosas con Irene. Drama, drama y más drama.
La historia está narrada en primera persona por el adolescente y su prosa es muy fluida, así que se lee con relativa facilidad. El vocabulario no me ha parecido excesivamente complicado, pero se trata de una novela adulta —en mi opinión—. La editorial recomienda su lectura a lectores de 12 a 92 años, pero no me parece ¡en absoluto! una novela para niños de esa edad. Principalmente, porque me ha parecido una lectura morbosa, con una dosis considerable de escenas sexuales (algunas ligeramente desagradables).
Mi verdadera historia es un libro perturbador que, desde luego, no deja indiferente. La novela persigue muy de cerca los pasos de un adolescente torturado por la culpa que se considera a sí mismo una víctima más del accidente. El protagonista tiene que enfrentarse a un pasado traumático completamente solo, al mismo tiempo que se ve obligado a madurar en el seno de una familia disfuncional. Sobra decir que las reflexiones y vivencias del narrador resultan un tanto enfermizas, no aptas para estómagos sensibles. Y cómo no, las relaciones que mantiene con los demás son completamente tóxicas. Sinceramente, tengo que admitir que esta novela ha sido toda una revelación para mí. Me ha gustado y mucho.