20 junio 2017

La caída de la casa Usher | Edgar Allan Poe

 Traducción: Francisco Torres Oliver | Ilustración: Agustín Comotto | Editorial: Nórdica libros


SINOPSIS

La caída de la Casa Usher es la quintaesencia del cuento gótico: una casa embrujada, un paisaje lúgubre, dos hermanos gemelos, una enfermedad misteriosa… Todos los elementos del género son fácilmente identificables y, sin embargo, parte del terror que inspira esta historia se debe a su vaguedad; no podemos decir a ciencia cierta en qué parte del mundo o exactamente cuándo tiene lugar la historia. Estamos solos con el narrador en este espacio embrujado, y ni nosotros ni el narrador sabemos por qué. Publicado por primera vez en la revista Burton’s Gentleman’s Magazine en 1839, es una de las obras de Poe preferidas por la crítica, y la que el propio autor consideraba la más lograda que había escrito.


OPINIÓN PERSONAL

«Tanto había forzado mi imaginación que pensé que sobre la mansión y la propiedad reinaba una atmósfera específicamente de ellas y del entorno inmediato, una atmósfera que no tenía nada que ver con el aire del cielo, sino que procedía de los árboles podridos, y del muro gris, y de este lago callado de montaña: un vapor místico y pestilente, apagado, perezoso, apenas discernible y plomizo.»

El protagonista y narrador de esta historia (de nombre desconocido) acude a la Casa Usher, después de recibir una carta en la que Roderick Usher (un amigo de la infancia) reclama su compañía para que su afección nerviosa sea más llevadera. Desde su llegada, sabemos que Roderick es un alma atormentada, de mente oscura e imaginación perturbada. Pero esa es toda la información que poseemos, porque ninguno de los dos tiene pasado y Poe no dedica ni medio segundo a la personalidad de los protagonistas. Suponemos que es irrelevante.

Pero a mí me mosquea, especialmente porque siento que el narrador ha sido invitado a la casa única y exclusivamente porque alguien tenía que contar la historia de la familia. De modo que, automáticamente, se convierte en un protagonista secundario completamente hueco que está ahí porque tiene que estar. Por otro lado, la hermana enferma de Roderick, llamada Madeline, aparece en contadas ocasiones a pesar del protagonismo que le concede a su existencia.

En cuanto al resto de personajes, hacen acto de presencia una o dos veces y después se olvida de ellos por completo. Entiendo que la extensión del relato no daba para mucho más, pero habría preferido que construyese un poquito más la psicología de los personajes en vez de tanta charla insustancial.

Su lectura es bastante fluida y mucho menos densa de lo que me esperaba, a pesar de que las descripciones recargadas son más bien frecuentes. Sin lugar a duda, el autor ha logrado una ambientación tenebrosa.

Mi problema con Allan Poe siempre es que me quedo con la sensación de no haber entendido la esencia de sus relatos, de que nada tiene sentido. La ambientación de esta novela me parece espectacular, porque las descripciones son tan sombrías e intrigantes que la casa nos parece un lugar fantasmagórico.

No obstante, me he aburrido notablemente. El autor se esmera demasiado con las conversaciones ¿trascendentales? de los protagonistas y sus quehaceres cotidianos. Mientras tanto, la historia principal avanza a un ritmo muy lento, no profundiza en los misterios de la Casa Usher y todo se acaba de repente, sin más explicaciones. Y sí, el desenlace resulta escalofriante, pero me ha dejado fría. 

Como siempre, la edición de Nórdica es una auténtica preciosidad. Las ilustraciones de Agustín Comotto me han gustado muchísimo, aunque a veces no encuentro relación entre los elementos que aparecen en las ilustraciones y las descripciones del autor. No obstante, la calidad de su trazo es superior a mi incomprensión. Por último, la traducción de Francisco Torres Oliver es magnífica.


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