Traducción: Xesús Fraga | Ilustraciones: Rocío Martínez | Editorial: Nórdica Libros
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SINOPSIS
Este libro está repleto de dragones, algunos de ellos muy fieros y hambrientos capaces de comerse un ejercito de hipopótamos.
Otros, sin embargo, necesitados de amor y muy tiernos, aunque algo estrafalarios que solo esperan un gesto de cariño. También, vas a encontrar, niños y niñas aventureros y muy curiosos capaces de convertirse en intrépidos viajeros al polo norte en busca de dragones helados.
Las princesas y príncipes de estos cuentos, que también hay, no son nada ñoños y cursis, ya verás. Y hasta vas a encontrar un san Jorge, algo adormilado y con pocas ganas de batallar.
OPINIÓN PERSONAL
Colección de cinco relatos clásicos publicados en 1899. La mayoría de los cuentos han envejecido mal y retratan valores antiguos, aunque las princesas son modernas para la época y los niños sorprenden con una pequeña dosis de crítica social.
El estilo narrativo es cómico y delirante, se inventa mundos de fantasía imposibles, en ocasiones absurdos y exagerados. No me agradan especialmente las historias, aunque aplaudo la imaginación. Las ilustraciones, también con un estilo clásico, me han encantado.
A continuación resumo muy brevemente cada relato por si fuera de interés.
- El dragón de hielo o haz lo que te ordenen
George y Jane salen al jardín el Día de los Fuegos Artificiales a ver los fuegos de colores del Palacio de Cristal, que no son tan bonitos como la aurora boreal. Los hermanos viajan al polo descendiendo un tobogán y por el camino se encuentran con personajes que quieren hacer daño a pequeños animales. El nudo de la historia, aunque tiene su relevancia, me ha parecido repetitivo, un recurso muy utilizado en los libros infantiles. Pero el desenlace y lo que sucede con el dragón de hielo, toda esa muerte, es material de pesadilla.
- El dragón de fuego o el corazón de piedra y el corazón de oro
La abuela de Sabrinetta se había casado con san Jorge tras matar este al dragón. Pero a Sabrinetta no le quedaba nada de su familia, excepto la torre a prueba de dragones que había construido su abuelo Jorge. Tras la muerte de su padre y su madre, el reino había quedado al cuidado de su primo, un príncipe malvado. Se supone que no quedan dragones, pero un día, le parece haber visto uno.
Siento que es el cuento más tradicional, con un tono infantil y lleno de cosas locas, aunque más que divertirme, me ha sorprendido con los detalles. Los valores son de otra época y el sinsentido llega a ser delirante.
- Billy, el rey
Billy Rey es suficiente mayor para ganarse al vida. Su abuelo quiere que deje el colegio y trabaje en una oficina, pero Billy no quiere trabajar en una oficina y se escapa para conseguir un empleo por su cuenta. Pronto descubre que el Reino de Plurimirregia está buscando un rey trabajador, mientras que el reino de Alexanassa está buscando una reina.
Igual que el anterior, es un cuento delirante con ocurrencias que rozan el sinsentido y a veces sorprende, pero no me divierte. Los valores también han envejecido mal, con frases como “Deseaba que su esposo fuese más listo que ella”.
- Los salvadores del país
Nadie se explica por qué han aparecido lagartos alados por todo el país, el mundo sufre una plaga de dragones y todos intentan cazarlos sin demasiado éxito. Harry y Effie se escapan de casa un día porque se les ha ocurrido la solución definitiva y sus aventuras les llevan a descubrir por qué los dragones han conseguido reproducirse. No esperaba el guiño medioambiental y me ha gustado.
«El problema es que ya nadie cree en san Jorge».
- El último dragón
Los dragones están al borde de la extinción porque los príncipes han sido educados para matarlos y rescatar a las princesas de sus garras. La hija del rey Cornualles es la princesa más fuerte y valiente de Europa, ella no quiere que nadie tenga que rescatarla (una idea poco apropiada para una dama). Tampoco quiere matar al último dragón. ¿Y qué sucede cuando te atreves a cambiar las normas del cuento? La colección se despide con el relato más moderno y un final entrañable.
—Siempre ha sido así, mi pequeña».
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