25 mayo 2025

Delirios Yokai | Kazuki 1 | Marta García Andilla

Ilustración de cubierta: Alba Aragón | Editorial: El Transbordador


SINOPSIS

Kei Kazuki ha heredado una tienda de antigüedades en una de las mejores avenidas de Kioto, aunque está lejos de querer pasar su vida tras un mostrador, rodeado de antiguallas. De hecho, para todos esos objetos vetustos, tiene un montón de planes…

Bienvenidos al mundo donde los yokais se convierten en mascotas, los yamabushis se retiran lejos del mundanal ruido, las partidas de Cho-Han son un infierno y ciudades enteras sucumben al vicio.

Toma asiento y sírvete un sake. Estás a punto de descubrir un Japón diferente.

¡Atrapar!


OPINIÓN PERSONAL

Kei Kazuki es un comerciante de objetos poseídos: vende yokai que ha encerrado en objetos cotidianos con el trazo esencial «Atrapar» (como si fueran pokémon). «Los deseos ocultos de las personas ambiciosas eran, sin lugar a dudas, la base misma del negocio que había montado». Sin embargo, los yokai son criaturas indomables, de un solo uso, y Kei necesita algo que domine su voluntad.

Pero ¿quiere perseguir monstruos el resto de su vida? Su padre adoptivo le ha dejado en herencia una tienda de antigüedades en Kioto y podría ocuparse del legado familiar. De todas formas, el administrador del barrio de comerciantes le ha prohibido ejercer su profesión en la capital. «¿Se quedaría con la casa de su padre y se dedicaría a un negocio más tradicional o seguiría comerciando con yokai?»

Durante los primeros capítulos, la narrativa recuerda a un videojuego: Kei Kazuki resuelve misiones secundarias por todo el mapa. Su comercio lo lleva de un punto a otro, hilando escenarios a través de pequeñas historias que nos acercan a la misión principal, que sería: retomar el contacto con su pasado y decidir su futuro. 

La mayoría de personajes secundarios no son tan relevantes, al menos de momento, pero describe ampliamente las costumbres, la geografía y las deidades de un Japón imperial con un punto cómico. El retrato de los yokai me ha parecido entretenido y original, sin duda le echa imaginación, con un final abierto que se deja un puñado de situaciones por resolver. Algunos giros dramáticos me han sorprendido.


«No es que me disguste que el caos se apodere de esta ciudad, porque los dioses saben que se lo merece, sin embargo, todo esto que está sucediendo es malo para los negocios».


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