14 julio 2022

La guerra de los mundos | H.G. Wells

Traducción: Ramiro de Maeztu | Editorial: Alianza


SINOPSIS

Las fábulas ideadas por H.G. Wells (1866-1946), uno de los padres, acaso el más notable, de la ciencia ficción, han demostrado a lo largo del tiempo mantener un vigor y tocar unos resortes del inconsciente humano que a menudo las han elevado a iconos del mundo moderno. La guerra de los mundos (1898), relato trepidante que narra la invasión de la Tierra por los marcianos y que supuso por primera vez la irrupción de seres de otros planetas en el nuestro, marcó en buena medida la fantasía del siglo xx y abrió un filón –el del contacto de los hombres con seres extraterrestres– que no tardó en convertirse en uno de los más importantes de la ciencia ficción, sirviendo de inspiración a numerosos artistas posteriores en los ámbitos de la radio, el cine, la literatura, el cómic y la televisión.


OPINIÓN PERSONAL

Sin duda, reconozco el mérito que tiene escribir esta novela en su época, más con la repercusión que generó su publicación. Pero también reconozco que me ha decepcionado y aburrido a partes iguales. Buscaba un análisis social más profundo, tal vez porque venía de una lectura similar, pero se centra principalmente en los aspectos científicos. Llegan los marcianos, nos invaden con tecnología mucho más avanzada que la nuestra... y ya. Lo más interesante a mi parecer es la descripción de los propios marcianos, cómo disecciona su anatomía y teoriza sobre su evolución en el planeta vecino.

Los hechos están narrados en primera persona, de modo que apenas conocemos otros puntos de vista y nos enteramos de lo que está pasando únicamente por los rumores que le llegan. Hasta cierto punto, es un tipo de narración que me ha gustado porque te pone en el lugar de una persona que sobrevive a ciegas. Pero al mismo tiempo, me ha parecido excesivamente aburrido porque se encuentra demasiado lejos de la acción y aislado por completo de la sociedad.

A mitad de novela, el narrador documenta a su vez las desventuras de su hermano. Su relato y su visión de los hechos dan una pequeña pincelada de trasfondo social. Mientras que el narrador permanece completamente solo y deambula por un mapa postapocalíptico, este segundo protagonista tiene que sobrevivir a su propia especie, siendo testigo del caos que sacude la ciudad.

Casi al final de la novela, cuando la soledad y la desinformación se vuelven insoportables, el autor saca a relucir las emociones humanas más primitivas y la novela gana un poco de fuerza. Los últimos capítulos han captado mi atención, no solo por el análisis evolutivo de los marcianos, sino por la degradación mental de un cazador convertido en presa.

No deja de ser un clásico interesante, pero no es mi libro.


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