07 noviembre 2023

El edificio de enfrente | Borja Ortiz de Uriarte G.

Ilustración de cubierta: Marta Egea


SINOPSIS

Bilbao, octubre de 2021. La ciudad se ahoga asediada por el otoño más lluvioso de las últimas décadas. Marian, una joven que vive cerca del centro en un piso acomodado junto a Panchito, su amor perruno, siente cómo su ánimo se resquebraja hastiado de la soledad y de los persistentes aguaceros. Un día, tras un incidente en la Alhóndiga, una mancha negra aparece en su ojo derecho y emborrona su vista. Es entonces cuando una sucesión de acontecimientos relacionados con el edificio de enfrente pone en jaque su bienestar emocional y su característica templanza. Marian deberá luchar contra un ser despiadado que la persigue sin cesar y hará todo lo posible por acabar con ella.


OPINIÓN PERSONAL

Bilbao, octubre de 2021. Marian acaba de quedarse en paro y está completamente sola: su madre se ha distanciado y su mejor amiga, que antes vivía en el edificio de enfrente, se ha mudado sin decirle nada. Marian es depresiva y dependiente, pero su única relación estable es la compañía de Panchito, su perro salchicha: «Mi vida también es caótica y soy incapaz de reconducirla. El único ser vivo que me pone los pies en la tierra y me tranquiliza es Panchito.»

En medio de un otoño insufrible, una neblina oscura aparece en su ojo derecho y empieza a tener ensoñaciones de sucesos extraños. Sombras que la acosan, golpes en el baño, unos ojos rojos que la espían desde el piso de su amiga... Alguien la está siguiendo para que se vuelva loca. Incluso sueña con peces abisales que hablan, se sostienen sobre zancas humanas y le advierten «No dejes que aquel hombre te encuentre.»

Toda la novela es un descenso hacia la depresión, habla de salud mental a través de metáforas y describe lo que sucede cuando nuestra percepción de la realidad se distorsiona. Marian representa las dificultades de la vida adulta y la exclusión si te sales de la normalidad, los monstruos son reales y son trastornos.

En un par de ocasiones interrumpe el relato para introducir cartas y desvaríos que Marian escribe como desahogo, sin duda el libro es un vómito emocional que nos toca de cerca. En ese sentido, la historia me ha llegado, aunque me cuesta meterme en su prosa. La ambientación es moderna, pero utiliza expresiones rimbombantes y algo anticuadas. Se esmera en escribir palabras elevadas cuando algo más sencillo y directo habría funcionado mejor.

Solo me queda señalar que no es una novela feelgood, es un drama con momentos duros que muestra la peor cara de la depresión. Una crudeza que yo personalmente agradezco y veo necesaria.


«¿Qué es la realidad, Marian? ¿Lo que tú percibes? ¿Lo que yo percibo? ¿Lo que tu madre percibe? ¿Lo que el hombre percibe? ¿O es una mezcla de lo que todos percibimos?»

«Mi alma se está quedando sin aire. Carezco de él incluso para gritar, para pedir ayuda.»


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