Editorial: Panini
SINOPSIS
Atrévete a vivir como si fueras a morir mañana. En este país hay una ley, la Ley para el sostenimiento de la prosperidad estatal. Consiste en el reparto de unos comunicados, los ikigami, que notifican la muerte a unos pocos elegidos para que los ciudadanos respeten la vida y contribuyan al progreso del país. A quien recibe el comunicado le resta sólo día de vida... Sólo 24 horas... ¿A qué hay que dedicar ese último día? ¿Cómo debo afrontarlo? ¡¡He aquí un drama llevado al extremo que te hará encoger el alma!!
OPINIÓN PERSONAL
«Para una convivencia pacífica de la población es imprescindible cimentar el temor a la muerte». La ley para el sostenimiento de la prosperidad estatal establece la orden de vacunar a los niños con una nanocápsula que «privará de la vida» a uno de cada mil. Algunos no llegarán a adultos, pero nadie sabe quiénes morirán entre los 18 y los 24 años.
Un mensajero les entregará el «comunicado de su muerte» veinticuatro horas antes para que dispongan como quieran del tiempo que les queda. Pasado ese tiempo, las familias reciben una pensión anual en compensación, a menos que esa persona cometa un delito.
El protagonista de la serie es Fugimoto, uno de los mensajeros que entregan los «ikigami». Últimamente cuestiona si su trabajo es tan honorable como dicen, pero son pensamientos que no puede compartir con nadie porque el gobierno inyecta la cápsula a cualquiera que tenga «ideologías corruptas».
«¿Qué harías si supieras que hoy va a ser el último día de tu vida?»
Supuestamente nos encontramos en una sociedad distópica que vive feliz y obedece las normas, pero no es eso lo que percibimos en las calles. Este primer volumen se centra en el punto de vista de dos ciudadanos: un joven que fue víctima de bullying y otro que está cumpliendo su sueño de ser cantante profesional.
«¿Por qué a mí?» es una pregunta común en el mundo real. Sin nanocápsula de por medio, nadie sabe su destino y el manga convierte la probabilidad de una muerte prematura en un futuro distópico. Pero narra vidas habituales y no desarrolla tanto el funcionamiento de los ikigami, excepto por las dudas razonables del mensajero.
Más allá de la muerte y la violencia, destaca «el valor de la vida» y busca emocionar con alguna escena lacrimógena. Todo puede cambiar en cuestión de minutos.
