Los amigos imaginarios de Hugo están preocupados. Aparentemente su vida ha dejado de ser un completo desastre y ahora todo irá bien. Pero lejos de sentirse feliz, nuestro antihéroe ha entrado en una vorágine de autodestrucción que está a punto de provocar el fin del mundo.
La humanidad tiene las horas contadas… a menos que él muera. Y mientras todos tratan de sobrevivir a los agentes que lo persiguen para acabar con su vida, los fantasmas del pasado no dejan de atormentar a su nueva vecina.
OPINIÓN PERSONAL (puede contener spoilers de Cosas Terribles)
David Astor, director de The Observer y amigo íntimo de George Orwell, dijo una vez: “Te dabas cuenta enseguida de que él y su escritos eran la misma cosa”. Si tuviera que describir el estilo narrativo de Fran Ferriz en una sola frase, utilizaría esas mismas palabras: Él y sus escritos son la misma cosa. Hay mucho del autor en este libro. A medida que te sumerges en su mundo imaginario, la fantasía se confunde con la autoficción, sobre todo en este segundo volumen de la serie. Hay mucha verdad en todo lo que escribe e ilustra, y además su obra te envuelve porque es una verdad universal. Cuando lo acabas de leer solo quieres tomar unas copas con él y prometerle que todo irá bien.
Si bien el primer volumen se inclinaba más hacia el terror sanguinolento y el humor negro, en esta ocasión hablamos de terror psicológico y se confirma que el humor también funciona como un mecanismo de defensa. Sorprende que un libro tan loco, con pinceladas de ficción absurda, sea a su vez una novela que trate tan bien la salud mental. Porque aquí lo que horroriza es la pérdida absoluta del control. El monstruo se vuelve cada vez más real y autodestructivo. Los amigos imaginarios están preocupados y con razón. Hugo es héroe y villano, su redención pasa por convertirse en su propia némesis, su lado más oscuro representa los miedos más comunes de la humanidad.
Una historia llena de luces y sombras que te aprieta el corazón, sin perder la chispa y el sentido del humor de la primera novela. Describí la primera parte como fantasía urbana, pero me atrevería a decir que aquí va un paso más allá y prueba con una suerte de realismo mágico. Su prosa también ha madurado; ahora es subliminal, llena de metáforas y abierta a interpretaciones. El escritor Douglas E. Winter afirmaba que “el terror no es un género. Es una emoción”. Y esto, amigos, es terror puro.
El universo imaginario se expande lentamente. Fran Ferriz nos trae de vuelta a los protagonistas de la primera novela, pero también incorpora caras nuevas, colocando con sumo cuidado cada pequeño engranaje de su mundo interior. Y entre todos los personajes han dejado la puerta entreabierta a una tercera parte todavía más alucinante, si es que eso es posible. Porque la evolución de Hugo en esta nueva realidad ha sido magnífica.
Cosas Terribles se confirma en esta segunda entrega como una serie de libros inclasificable que toca todos los géneros habidos y por haber: drama, terror, acción, humor, fantasía, parodia, romance… Dos novelas tan llenas de referencias que el lector no dejará de buscar todos los guiños, especialmente los nacidos en los años 80.
Una vez más, las ilustraciones en blanco y negro que acompañan al texto han impactado en mis ojos y llenado mi cerebro de emociones. Hay ilustraciones que son una mera descripción gráfica de los nuevos personajes. Pero también ha ilustrado aquellos momentos que te encogen el corazón y escenas que me han provocado la risa. ¡AY NO!
¡¡Necesito Cosas Terribles 3 y que Fran Ferriz nunca deje de crear!!
Otros libros del autor: Yo también tengo miedo, Ilustraciones pandémicas, Cuentos Quita Miedos, Una década de ilustración digital, Para que pintes algo, Dentro de un agujero de gusano, Cadete espacial (ilustraciones), Heroínas (ilustraciones), Los impostores sangran poco (ilustración de cubierta)
«Solo hay sombra cuando hay luz.»
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