28 agosto 2025

Cada noche a las nueve | Julian Gloag

Traducción: Olalla García | Imagen de cubierta: Mille Rose | Editorial: Impedimenta

Cubierta de Cada noche a las nueve


SINOPSIS

Una obra maestra del gótico moderno. Una historia sobrecogedora sobre siete hermanos cuya madre muere y la entierran en el jardín para mantener unida a la familia.

En el número 38 de Ipswich Terrace, un reloj de bolsillo cae marcando las 5:58, hora exacta de la muerte de Madre, momento en que los siete hermanos Hook se convierten en huérfanos. Sin más familia a la que acudir, sin amigos, los niños Hook deciden enterrar el cuerpo de su madre en el jardín y llevar una vida en apariencia normal: van a clase, hacen la compra, cobran los cheques del banco y, por supuesto, rezan a Madre cada noche a las nueve. Pero esta rutina se ve alterada con la llegada a sus vidas de un extraño que dice ser su padre. ¿Es de verdad este hombre el padre de los siete huérfanos? Y, de ser así…, ¿qué otros secretos les ocultaría Madre? Cada noche a las nueve es una joya de la literatura de suspense que da una vuelta de tuerca al clásico gótico familiar, combinándolo con un hálito de drama visceral que emocionó a toda una generación de lectores.

Una obra fundamental de la literatura gótica contemporánea, que orbita entre el fervor religioso y la idolatría asesina de El señor de las moscas y el thriller asfixiante de La semilla del diablo


OPINIÓN PERSONAL

«En un instante, su querida Madre se había convertido en un objeto que solo suscitaba silencio y extrañeza».

La sinopsis insinúa el libro entero y no se deja ninguna sorpresa. Madre ha muerto y siete niños han quedado huérfanos. La mayor tiene trece años y el más pequeño, cuatro. Los siete entierran a su madre en el jardín y ocultan la muerte para evitar el orfanato.

Los niños son personajes macabros desde el principio. Tan pronto muere su madre, se comunican con ella como si Diana fuera una médium y celebran asambleas para juzgar sus pecados, una referencia a El Señor de las Moscas. Por comentarios de los niños y las descripciones de su rutina, sabemos que Madre despreciaba al médico y la escuela pública, e inculcó valores religiosos a los niños.

«En esta casa nunca ha ido bien nada, esa es la verdad». ¿Qué sucede cuando los niños pierden su única figura de autoridad? En cuestión de horas, convierten su hogar en una especie de dictadura religiosa. Los vecinos no parecen sospechar de lo que está sucediendo en el número 38 algunas situaciones desafían la credibilidad o tienen pocas consecuencias.

Pocas escenas tienen lugar fuera de la casa, lo justo para que los niños vayan a la escuela o se relacionen con adultos que también son turbios. No he conectado con ninguno, aunque el relato se centra en Hubert, un niño de nueve años que parece el más sensato. Contemplamos la evolución de la familia desde su punto de vista y él mismo acaba comportándose de un modo cuestionable.

La segunda mitad de la novela, con la entrada de otros personajes, me parece mejor desarrollada, pero en general es un libro predecible que me deja como estaba.